Con mucho sueño y bostezado, salimos de la plaza Alfonso X, el Sabio de Pola de Lena rumbo a Ranón. Eran las 7:45 de la mañana.
Tras la facturación del equipaje y el pertinente café en el aeropuerto, salimos con destino Madrid con un leve retraso, quizá producto de la torrencial lluvia que caía.
En Madrid, y debido al retraso del primer vuelo, casi no hubo tiempo para nada más que cambiar de terminal y buscar la puerta de embarque a la que teníamos que ir. Casi mejor. Lo peor de los aeropuertos son las horas de espera sin poder hacer nada.
Así, enseguia estábamos en el avión rumbo a América de nuevo.
El vuelo fue como siempre un poco pesado, pero después de nueve horas, ya estábamos aterrizando en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía Simón Bolívar.
Lo primero que vimos fue una cola inmensa para revisar los pasaportes en la que estuvimos por más de media hora, ante un enorme cartel del presidente Hugo Chávez que presidía la sala con una proclama revolucionaria.
Tras los trámites de aduanas y de inmigración, recogimos el equipaje (los que pudimos, ya que el Che y Presilla tuvieron que reclamar los suyos. Se habían quedado en Madrid) y salimos afuera.
Allí estaban esperándonos Carlos, presidente del Centro Asturiano de Caracas y Ángel, otro miembro de la junta directiva. Tras los saludos y presentaciones, montamos en una guagua y cogimos la autopista que va de Maiquetía a Caracas.
La mala suerte hizo que hubiera un accidente de un camión con combustible que había bloqueado la carretera y nos vimos en un atasco durante más de una hora.
A la llegada al hotel y después del madrugón, nos fuimos a la cama rápidamente después de la cena.
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