En la mañana, cogimos el autobús que nos condujo hacia en interior, hacia la cordillera. Allí en un valle donde ya se adivinaba el principio de la cordillera andina, llegamos a una finca con una iglesia recién remodelada.
Esta iglesia, dedicada a la advocación de la Virgen de Covadonga, fue mejorada gracias a la aportación desinteresada del señor Amieva. Como su apellido muestra, es uno de los miembros de la colectividad asturiana de la capital chilena.
Esta iglesia, dedicada a la advocación de la Virgen de Covadonga, fue mejorada gracias a la aportación desinteresada del señor Amieva. Como su apellido muestra, es uno de los miembros de la colectividad asturiana de la capital chilena.
Allí estaban muchos de los asturianos con los que habíamos compartido la velada el día anterior, y también, el Coro Asturiano del Estadio Español con Francisca, su directora, a la cabeza.
Tras los saludos y la breve espera para la llegada del señor párroco, la misa comenzó a las 11:30h de la mañana. Antes, tanto el Coro Asturiano como el Coro La Flor, habíamos amenizado la espera con un par de canciones cada uno.
La misa fue de lo más completo. Hubo gaita y tambor, como en las grandes ocasiones, y el resto de la misa, fue cantado por los dos coros (excepto el Himno a la Virgen de Covadonga al final, que fue cantado por todos juntos). Nada más acabar, nos trasladamos a una finca junto a la iglesia, también propiedad del señor Amieva, donde nos dispusimos a disfrutar de una opípara comida. Había de todo. Cada uno traía lo que le parecía y todos lo compartíamos allí. Chorizo, bota de vino, sidra, empanadas, tortillas, asado, dulces… Teníamos hasta una piscina, que algunos tuvimos la osadía de disfrutar (a pesar de haberla llenado el día antes con agua del deshielo de los Andes MUY FRÍA!!!)
El entorno era maravilloso. La finca era preciosa y estábamos rodeados de montañs con los picos nevados. El día también nos respetó, con un sol de justicia que castigó a los que no fueron precavidos y no se cubrieron la piel. Más de uno salió rojo como un tomate de esa tarde.
La tarde fue estupenda, hasta que algunos de nosotros nos pusimos a jugar un minipartido de fútbol y al rato de empezar Luis cayó lesionado de bastante gravedad. Sintió un golpe en el gemelo cuando corría y se quedó clavado. Resultado: traslado al hospital de Las Condes e inmovilización de la pierna. Tenía una rotura fibrilar de más de 3 cm en el gemelo derecho. Si es que pensamos que todavía tenemos 17 años!!
A media tarde bajamos de nuevo a Santiago. Teníamos tiempo libre hasta la mañana siguiente, así que aprovechamos (Marco, Lito, Fernando y Sagra) a visitar un mercadillo artesanal y dar una vuelta por el centro con una guía de excepción, Francisca, la directora del Coro Asturiano.
Ya de noche, nos reencontramos con Satur, Luis y Berto, que habían vuelto del hospital.
3 comentarios:
marco echamos de menos que sigas contando cosas, es como si estuvieramos ahi con vosotros.
pasadlo bien y un besin. LUPE
que vaya risa no!!!¿? luego cuando venga haber que hazemos con el!! y porque nun contais lo del aeropuerto eh¿?!! con los tarrinos de miel y no se que mas¿?!!que yevais mil años yendo pa aya y nun sabeis que nun se pue yevar na!!! es que sois la leche!!! nun se pues sacar de casa!!
ala pasailo bien lo que vos queda y traeime muchas cosas!!
1 besu andrea bellón
Hola Coreros,
cuidai a mi tiu, que cuando se pon a correr nun ve xebe y rompe la pata!!!
Si ye que el deporte ye lo peor pa la salú. Seguro que esti pequeñu incidente nun vos quita de pasalo bien. Eso sí, cantai bien eh?!! un besu,
Mapina
Publicar un comentario